¿Alguna vez has sacado tu playera, suéter o jeans favoritos de la secadora solo para descubrir que ahora le quedan a tu mascota? Si te has preguntado por qué la ropa parece encogerse después de lavarla o secarla, no eres el único. Afortunadamente, la respuesta es sencilla: todo se debe a las fibras, la temperatura y el movimiento.
Primero, cuando se fabrican telas como el algodón, el lino y algunas fibras sintéticas, sus hilos se estiran, tuercen y tensan. Al lavar y secar estas prendas, las fibras regresan a su estado natural, lo que puede provocar encogimiento. En el caso de la lana y otras fibras de origen animal, sus hilos son como pequeños cabellos cubiertos de escamas microscópicas que se enredan al procesarse en tela.
Si lavas estas prendas con demasiada fricción o temperatura, las escamas se adhieren aún más y la prenda se encoge o incluso se convierte en una pieza sólida. Por suerte, evitar que la ropa se encoja no es complicado.
Si quieres evitar que tu ropa se encoja, lo mejor es empezar desde la compra. Busca prendas con la etiqueta “pre-encogido” o infórmate sobre qué telas tienen más riesgo de encogerse en la lavadora. Por ejemplo, el rayón y el lino suelen encogerse más que el poliéster o el nailon.
También considera si realmente te es práctico cuidar una prenda. ¿Estás dispuesto a llevar esa blusa o saco a la tintorería cada vez que lo necesite? Si no, opta por prendas que se ajusten mejor a tu estilo de vida.
Si te preguntas “¿por qué se encogió mi ropa?”, la respuesta podría estar en un ciclo de lavado inadecuado. Antes de meter cualquier prenda a la lavadora, revisa las instrucciones en la etiqueta. Pon especial atención a la temperatura recomendada del agua, el tipo de ciclo y las instrucciones de secado.
El tipo de lavado es especialmente importante en fibras naturales: la ropa de algodón suele necesitar ciclos suaves, mientras que prendas de lana o seda pueden requerir lavado a mano o limpieza en seco. Incluso el planchado puede encoger ciertos tejidos, así que cuando tengas dudas, ¡consulta la etiqueta!
Si solo recuerdas una regla sobre cómo evitar que la ropa se encoja, que sea esta: mantén la temperatura baja. La ropa tiene más riesgo de encogerse cuando se expone a agua caliente o altas temperaturas en la secadora.
Aunque el agua fría no evita completamente el encogimiento en algunas telas, sí ayuda a mantener el tamaño original por más tiempo. También evita los ciclos pesados o centrifugados muy rápidos en telas delicadas.
Usa ciclos suaves y coloca las prendas más delicadas en bolsas de malla para mayor protección. Al secarlas, elige la opción de “baja temperatura” o “solo aire”.
Para mantener tu ropa en buen estado, la temperatura y la fricción son dos factores clave. Si usas secadora, elige un ciclo delicado con baja temperatura o la opción de “secado al aire”.
Lo ideal es sacar la ropa de la secadora cuando aún está ligeramente húmeda y colgarla para que termine de secarse. Esto ayuda a evitar que los colores se desgasten y que las fibras se estresen demasiado. Si quieres prevenir la exposición al sol, usa un tendedero interior en lugar de colgar la ropa afuera.
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