Por lo general, las cobijas y los edredones más pesados permanecen guardados durante los meses de calor y solo salen del clóset cuando las noches empiezan a refrescar. Después de estar medio año almacenados en espacios reducidos, bolsas de plástico o incluso fundas de almohada, es normal que acumulen un olor a guardado y necesiten una buena refrescada.
Pero, a diferencia de lo que muchos creen, lavar cobijas y edredones es bastante sencillo. Solo necesitas prestar atención a las instrucciones de la etiqueta y seguir algunos de nuestros consejos.
El primer paso, después de sacar tu cobija o edredón del clóset, es dejarlos al sol por un rato. Estar tanto tiempo almacenados y sin ventilación los convierte en el lugar perfecto para ácaros y otras bacterias. Al exponerlos al sol y al aire libre por unas horas, eliminas naturalmente algunos hongos y microorganismos, y también ayudas a disipar ese fuerte olor a humedad.
Verifica la capacidad de tu lavadora
Antes de lavarlos, asegúrate de que tu lavadora soporte el peso de las piezas, ya que tanto la cobija como el edredón pueden ser muy pesados al absorber agua. Todas las lavadoras superiores a 18 kilos podrían lavar cobijas y edredones, siempre y cuando no sean de plumas o acolchados, mayor al ancho de 1 cm, se considera demasiado acolchonado.
El segundo paso es acomodar las piezas dentro de la lavadora. Distribúyelas de manera uniforme para evitar que todo el peso se concentre en un solo lado y cause un desbalance.
En esta etapa, es mejor utilizar jabón líquido, ya que se distribuye de manera más uniforme durante el lavado. El jabón en polvo tiende a acumularse en grumos, dejando residuos en las telas después del lavado. Recomendación, no necesitas colocar demasiado jabón líquido para lavar correctamente.
Si tu cobija o edredón está demasiado sucio, al grado de verse percudido, te recomendamos remojar durante toda la noche en una cubeta o una palangana.
Después de remojarlo, otra buena opción es realizar más de un ciclo de lavado. Recuerda que los edredones tienen varias capas de diferentes tejidos, por lo que es importante que el jabón penetre a profundidad en cada una de ellas. La paciencia es clave.
Asegúrate de que la cobija o el edredón estén completamente secos antes de usarlos para evitar que vuelvan a oler a guardado. Para esto, es importante extenderlos bien, dejarlos secar al aire libre y, si es posible, exponerlos al sol un poco más.
Nota importante:
El resultado final del proceso puede variar según los materiales, los productos utilizados y el uso correcto del electrodoméstico. Siempre revisa la etiqueta de cuidado y las configuraciones de tu lavadora, ya que cada máquina es diferente.